jueves, 21 de julio de 2011

El sol apunta a lo alto del cielo; es otoño, el viento envía ráfagas de viento y hace bailar las hojas de los arboles que se arremolinan en el suelo formando pequeños tornados de hojas, el sol manda cálidos rayos a las chicas sentadas en la plaza.
Sus risas, incontrolables, hacen eco en el lugar resonando por las paredes de las casas, se calman, se miran y vuelven a saltar en ligeras carcajadas, y así son, unas risas fáciles, inocentes, despreocupadas, cálidas, libres y limpias, capaces de alegras el corazón mas triste y alegrar el peso de cualquier alma desanimada.
Mia, en medio de aquel descontrol consigue –sin saber como- aserenarse sin que las risas vuelvan a  atacarla. Sus ojos brillan y la miel de su iris más, limpia y libre que nunca, reflejen la alegría y el bienestar que su cuerpo también siente. Mira el cielo por unos segundos -hoy el parece mas bonito que nunca- y busca en el bolsillo de su desgastada cazadora tejana su móvil. Son las 12:27. Vuelve a guardarlo. Alarga la mano hasta su cuello, nota el tacto de la plata desgastada rodeando su cuello y lo saca.
El regalo de su abuelo, el reloj antiguo colgado del cuello, la plata desgastada reluce bajo el sol. Acaricia con la yema de los dedos la inscripción de la tapa “tempus fugit”. Abre la tapa del reloj. Observa las agujas paradas, reposan marcando las 19:40. Sonríe acariciando las horas. Cambia las agujas de hora a lo que ella cree que son más o menos las 12:27.
-¿Qué haces, Mia?- pregunta Izzy observando el reloj en sus manos
Mia cierra la tapa del reloj y vuelve a colgarlo den su cuello, bajo la camisa, nota la frialdad de este al contacto con su piel justo a la altura del corazón.
-Nada-asegura ella con una sonrisa, mira a su otras dos amigas que siguen riendo mientras intentan hablar, casi con lagrimas en los ojos, presas de esa felicidad momentánea y placentera y Mia vuelve a reír, sumiéndose de nueva en esa felicidad.



No desperdicies ni un minuto de tu vida, Mia. El tiempo pasa volando cariño, incluso el día mas largo llega a su fin, pero tu, Mia, guarda aquellos momentos buenos de cada día, recuerda que en un minuto hay muchos días, el tiempo se va para no volver cariño, guárdalo aquí en el corazón y una parte nunca se ira. Si amas la vida, no pierdas el tiempo y guarda los buenos momentos, de tiempo está hecha la vida”

Con el reloj parado en el mejor momento del día, donde las risas han llenado el ambiente y la felicidad y alegría casi podías tocarla con los dedos, con ese momento parado en el corazón ara no olvidarlo ni dejarlo marchar.

2 comentarios:

  1. hola me encanta tu blog, y la plantilla un besazo!
    pd: cual es la plantilla de tu blog?

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  2. Me ha encantado :)
    HAré caso de lo que le dicen a Mía yo también :)

    ☮☮☮

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Porque cuando alguien a quien quieres se va, intentas detenerlo con las manos, y esperas atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no ves.